Una de las formas más eficaces para proteger la información por parte de la Dirección es ser muy cautelosos y divulgar la información confidencial exclusivamente al personal que sea estrictamente necesario. Hay que recordar que una de las mayores causas por las que se pierde información es la marcha de empleados a otras empresas del mismo sector.

Es preciso también marcar la información sensible como confidencial, pero sin caer en exceso ya que, si acabamos marcándolo todo como confidencial, se producirá un efecto adverso y acabará por ser ignorada. La información que realmente es confidencial debe destacar por sobre del resto.

Consejos para la divulgación fuera de la empresa

Cuando haya que compartir secretos con un tercero, los acuerdos de confidencialidad nos pueden ayudar a proteger la información y debemos utilizarlos en la medida y forma adecuada.

Pero debemos recordar que el contrato, si bien es un elemento imprescindible, no es suficiente. El contrato actúa como factor disuasorio de una eventual divulgación y nos garantiza ser indemnizados si se produce una divulgación no consentida.

Pero si realmente queremos que nuestros secretos no lleguen al público, hemos de escoger bien el receptor de la información, asegurarnos que podrá mantener el secreto y restringir al máximo la información facilitada a los terceros, es decir, limitar la divulgación a lo estrictamente necesario para el fin comercial perseguido.